viernes, 3 de diciembre de 2010

Regalos para llevar a una cena

Muchas veces nos invitan a casa de unos amigos a comer o a cenar o a merendar y a algunas personas les gusta llevar un detallito, un regalito para dar las gracias. Sobra decir que no es obligatorio, ni mucho menos, pero a muchos no nos sale ir con las manos vacías aún cuando hay confianza de sobra para eso. Y la eterna pregunta es ¿qué llevamos?

Varias opciones que me gustan (seguro que a vosotros os gustan otras cosas, comentad y decidnos qué):

- El postre. A mí es una opción que me encanta pero me gusta más si lo hago yo. Respeto las ideas de comprar algo: helado, tarta, bombones... sobre todo si no se es un manitas en la cocina o no se tiene tiempo pero ¿quién no prefiere algo casero? ¿algo hecho con las manitas? Venga, animaos, que en hacer un bizcocho se tarda nada y los ingredientes siempre están por casa. Si queremos ir a más ¿por qué no unas galletas o muffins?


También es importante cómo lo presentamos. Nada de papel de aluminio y una bolsa de carrefour, no cuesta nada una cajita mona (de esas de galletas danesas, por ejemplo, te comes el relleno y la cajita para estas ocasiones) o un poco de papel de seda o pinocho o incluso papel de embalar. Hay que preguntar si ya lo han hecho o avisar de que lo vamos a llevar, no vaya a ser que nos encontremos con varios (tampoco es un gran problema ¿no?, salvo que el anfitrión esté a dieta y le dejemos millones de calorias en su casa).

- El vino. Hmmm, es importante saber si en la casa a la que vamos se bebe. Parece una tontería pero a nuestra casa la gente siempre viene cargada de vino y no bebemos. Además a veces lo trae gente que tampoco bebe, con lo que ¿para qué? pues para que acumulemos botellas en el botellero o para regalárselas a mi padre. Si se bebe, no problem, es un buen regalo. Un detallito sería adornar la botella con un lacito o una tarjeta pequeña, no cuesta nada y es un cambio total.


Estas dos son las opciones más típicas pero hay muchas más.

- ¿Por qué no llevamos el entrante? Una tabla de quesos o patés o un poquito de foie con mermeladas para untar, una cuña de buen queso o de jamón, un trozo de lomo... son buenísimas opciones y estoy segura de que a muchos les apetece más que una caja de Ferrero Rocher, que están muy buenos pero ¿por qué no nos salimos de lo típico?


- Algo para la cocina. Hay tantas opciones y nada caras: un cortapastas original, un molde gracioso, unos paños de cocina divertidos, un mandil con dibujitos, unos mantelitos... Si te pasas por Casa, Zara Home, IKEA... encontrarás un montón de buenas ideas y a buen precio. Además es un regalo que perdura y que seguro que a nuestro anfitrión le va a servir para futuras cenas (a veces es una forma de autoinvitarse una vez más: "a ver cuando lo probamos" ja ja ja). También podemos optar por algo para la casa: unas velas, unos posavasos... algo sencillito, no son grandes regalos pero os aseguro que hacen un montón de ilusión. O ahora que se acerca la Navidad, algún adornito...


Cortapastas de IKEA

- Algo para el anfitrión. Un libro de cocina (en el Vips y tiendas por el estilo tenéis desde 5 euros), un pequeño accesorio, un libro de lectura, una flor (cuidado con las plantas si alguien de la casa tiene alergía), imprimir una foto juntos, un imán para la nevera o simplemente una tarjeta con una frase bonita.


No hay que complicarse mucho, sólo pensar un minuto en la otra persona y seguro que se nos ocurre algo que nos apetece llevarle. ¡Espero que os sirva para vuestra próxima cena!

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