El mecanismo es sencillo: papelitos con el nombre, una mano inocente que los sortea, te toca un nombre, se da un presupuesto, se piensa el regalo, se compra y se entrega, tu recibes otro de otra persona y ya. ¿Fácil, no? Hay versiones en las que no se sabe quien te ha regalado, versiones con pistas... pero el fin es el mismo: regalar.
Y aquí es cuando a mí me viene el problema porque, señoras y señores, esta visto que para mí regalar no es lo mismo que para muchos de mis amigos invisibles (he de decir que no para todos, que he tenido regalos estupendos en este juego). ¿Qué pasa? ¿dónde está el quid de la cuestión? pues que yo cuando regalo (y sé que muchísima gente más, gracias a Dios) me gusta REGALAR, disfrutar de ese acto de principio a fin, pensar en qué le puede gustar a esa persona, recorrer varias tiendas o una sola hasta dar con el regalo perfecto, el que me llena totalmente, el que estoy orgullosa de regalar, con el que estoy deseando ver la cara del que lo recibe para percibir si le gusta o no, eso para mí es regalar pero resulta que para muchos otros no es así y mira, en su derecho están pero... ¿por qué me tienen que tocar a mi siempre sus regalos del amigo invisible? ¿por quéeeeeeee?
Y lo peor de todo es que me llevo siempre un berrinche porque digo que el año que viene no lo voy a hacer, no voy a pensar en mi regalo con ese mimo y cariño, no voy a perder mi tiempo en eso para luego recibir una mierda (hasta palabrotas digo hoy). Y no es por el regalo en sí, que un detallito de 5 o 10 euros no le soluciona la vida a nadie, es por el hecho de darme cuenta de que esa persona pasa del regalo, pasa del juego, pasa del espirítu, es sólo cumplir la papeleta, compro lo primero que se me ocurra, aunque sea media hora antes de quedar (esto también me ha pasado porque me encontré a mi amigo invisible en la tienda), sin pensar en la otra parte, en la persona que está esperando con ilusión el detallito de su amigo invisible.
Tengo una gran lista de regalos absurdos que he recibido en muchos años de amigo invisible o que he visto regalar a otros: un rollo de papel de water con sudokus; millones de juegos de incienso cuando la gente que me conoce sabe que me da alergia; un juego de velas lleno de polvo (sí, literal, a saber de dónde lo sacó); un muñeco de posturas para pintar cuando yo no pinta (vamos a ver, alma de Dios, tu cuando compras eso ¿no piensas en que pensarías tu si te lo regalaran?); un maquina de hacer rizos osea unas tenacillas rotas, fundidas y sin posibilidad de cambio; un pijama de los chinos que me llegaba la sisa por la cintura, un juego de sudoku continuo con fichitas... en fin, muchos y variados objetos que acumulan polvo en el trastero de mis padres hasta el día que me decida a tirarlos por fin, pero es que encima soy tonta y me da pena porque pienso que a lo mejor la otra persona lo ha hecho con ilusión (sí, soy así de cándida).
El caso es que siempre pienso que no caeré y al final vuelvo a hacerlo, tanto a la hora de comprar como cuando recibo el regalo. Para consolarme pienso en la ilusión que me hace buscar a mí el regalo y en las ocasiones en que he sido correspondida: hoy unas velas preciosas adornan mi salón, tengo un par de libros más en las estanterias, unos guantes preciosos de Agatha Ruíz de la Prada, una huchita de vaca...
¿Alguien quiere compartir sus peores regalos del amigo invisible? ¿sus nulas experiencias? o ¿sus mejores regalos o experiencias? ¿os gusta como a mí regalar? ¿o sois de los de cumplir con el trámite y ya?
Definitivamente me gusta hacer regalos fuera de lo común, pero casi simpre me llegan cosas nada que ver, como tazas con signos zodiacales que no son el mio o un set para hacer mi propio cuadro, que terminó siendo leña para la chimenea que nadie tiene.
ResponderEliminarYa, da coraje cuando uno se lo curra y ve que el de enfrente, no. A veces me pregunto si no les da vergüenza regalar esas cosas cuando ven que todos los demás lo hacen bien.
ResponderEliminarHoy me contaba una amiga que a ella le pasaba lo mismo en su trabajo y ha decidido no volver a hacer nunca el juego.
Un besote y gracias por pasarte.
Este año no he hecho amigo invisible con nadie. Creo que es sano dejar en barbecho esta "tradición" algún que otro año y luego recuperarlo con más ilusión al cabo del tiempo (de ilusión de uno de participar, sin esperar reciprocidad para evitar chascos como lo que cuentas).
ResponderEliminarJusto hoy me han comentado una variante: se compran regalos sin tener en cuenta destinatario; luego los regalos se meten en una bolsa y luego hay otra bolsa con numeritos del "1 al X". La persona que saca el número 1 es la primera en sacar regalo. La número 2 saca regalo y puede decidir si se queda con el que le ha tocado o lo cambia al del 1, y así sucesivamente. De manera que el último que saca puede quedarse con lo que quiera. Je je. Es para hacer más en petit comité o entre gente más amiga pero me parece una opción divertida. Así el que ha regalado el regalo cutre (en su fuero interno) se da cuenta de la cutrez del regalo y para otro año se lo piensa más... ¿Qué te parece? Besos!
Me gusta tu variante anónimo. Nosotros jugamos este año a una parecida pero sin posibilidad de cambio y pasó lo que pasó me lleve el peor regalo con diferencia... yo me pregunto una cosa ¿a la gente no le da vergüenza comprar esos regalos? de verdad, yo soy la persona que compró mi regalo y al ver que todos los demás son buenos menos el suyo, se me caería la cara al suelo de la vergüenza, pero claro para eso hay que tenerla.
ResponderEliminarEstoy dudando de si jugar a un amigo invisible que me queda aún en el pueblo... me lo tengo que pensar bien o darme un descanso como tu dices.
Un besote muy fuerte y gracias por pasar por aquí :)