martes, 2 de noviembre de 2010

Hunter, de agua, katiuskas...

Da igual el nombre, son lo que son y yo ya tengo las mías.

Después de haberlas visto por todas partes: en tiendas, en revistas,
aquí: http://time-for-fashion.elleblogs.es/2010/09/17/looks-para-los-dias-de-lluvia/,
aquí: http://elestilario.blogspot.com/2009/09/como-me-lo-pongo-charcos.html,
aquí: http://www.trendencias.com/el-estilo-de/al-mal-tiempo-botas-hunter,
y en mil sitios más, por fin las mías están en el armario.


De pequeña ya tuve unas, en rosa y gris, forradas de borreguito ¡qué calentitas! La lástima es que el número me queda un poco pequeño así que he tenido que ir a por unas nuevas.
Entre tantos colores, me era difícil escoger: rojas, burdeos, verdes, azul marino... Al final me he decidido por unas negras brillantes que combinan con todo y a las que espero sacarles un montón de provecho, aquí y en los futuros viajes que tengo pendientes que son a sitios lluviosos.


El sábado las estrené y al principio andaba rara con ellas, pero en cuanto me acostumbré, todo fue bien, mis pies sequitos y yo tan contenta. La verdad es que no son muy calentitas, ahora tengo que ir en busca de unos calcetines térmicos.

Sólo puedo pedir que llueva un poquito para ponérmelas otra vez ¡Qué llueva, qué llueva, la Virgen de la Cueva...!

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