(...) "A veces es necesario que nos pase algo malo para que nos demos cuenta de quiénes son realmente nuestros amigos. Ahora está muy de moda tener 500 'amigos' en Facebook, creyéndonos afortunados porque cuando montamos una fiesta no nos faltan invitados, ni tampoco invitaciones a todo tipo de eventos. Pero ¿cuántos de esos 'amigos' nos dejarían dinero si lo necesitáramos? ¿Cuántos de esos 'amigos' tirarían de sus contactos para ayudarnos a encontrar trabajo? ¿Cuántos de esos 'amigos' estarían a nuestro lado si perdemos a un ser querido? Seguramente la lista se reduciría considerablemente. Lo digo por experiencia. Hace unos meses me quedé sin trabajo. Fue un palo terrible, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre en la que nos encontramos. Mi autoestima acabó por los suelos. Durante este tiempo me he llevado algunas sorpresas -buenas y malas- sobre quiénes creía que iban a estar a mi lado, dada la estrecha relación que teníamos, y quiénes finalmente lo han estado. Las mejores sorpresas han venido de las personas con las que tal vez había compartido menos tiempo y más gratamente han respondido. Hay pequeños detalles que dicen mucho más que cualquier palabra grandilocuente sobre la amistad. Me refiero a ese amigo que te ofrece su ayuda para encontrar trabajo sin pedírselo; a ese otro que te saca de casa cuando no quieres salir, pero sabe que lo necesitas, e incluso a un tercero que te invita cuando en realidad está peor que tú económicamente, pero tiene trabajo y tú no... Todos estos actos se hacen de manera desinteresada. Para mí, el desinterés es la raíz de la verdadera amistad. Y esta es como una semilla que se planta y se cultiva, pero para que crezca y dé sus frutos hay que observarla, mimarla, escucharla y hablarle al oído. Solo así podemos saber lo que el otro necesita y poder dárselo, logrando que la amistad dure muchos años". (...)
No son mis palabras pero las podría ratificar una por una. En esta vida en los momentos alegres tienes millones de amigos pero cuando algo va mal (puedo hablar sólo desde mi experiencia), cuando la vida te da un golpecito, entonces es cuando de verdad necesitas amigos y pueden pasar muchas cosas. Es duro cuando tu crees que tienes unos buenos amigos y quieres, deseas, necesitas que esos amigos estén ahí a tu lado, pero por circunstancias eso no es así, quien tu quieres que esté no está, no es tu amigo para esos momentos, y eso duele, y duele mucho, y si encima lo estás pasando mal pues se puede convertir en una cadena. Pero también hay lugar para la esperanza, para esos amigos que quizás no creerías que iban a estar pero están, y están con todo, en cuerpo y en alma, y te demuestran que si, que esto vale, que hay esperanza...
No son mis palabras pero las podría ratificar una por una. En esta vida en los momentos alegres tienes millones de amigos pero cuando algo va mal (puedo hablar sólo desde mi experiencia), cuando la vida te da un golpecito, entonces es cuando de verdad necesitas amigos y pueden pasar muchas cosas. Es duro cuando tu crees que tienes unos buenos amigos y quieres, deseas, necesitas que esos amigos estén ahí a tu lado, pero por circunstancias eso no es así, quien tu quieres que esté no está, no es tu amigo para esos momentos, y eso duele, y duele mucho, y si encima lo estás pasando mal pues se puede convertir en una cadena. Pero también hay lugar para la esperanza, para esos amigos que quizás no creerías que iban a estar pero están, y están con todo, en cuerpo y en alma, y te demuestran que si, que esto vale, que hay esperanza...
El testimonio de arriba está sacado del siguiente artículo de El País Semanal (http://www.elpais.com/articulo/portada/tengo/amigos/elpepusoceps/20101017elpepspor_11/Tes ). El artículo no tiene desperdicio, vienen varios ejemplos más y hace una reflexión muy acertada sobre la amistad, creo que se puede aprender mucho de él. De cómo funciona la amistad en los momentos difíciles, del final de la pandilla y la amistad juvenil, de la amistad de pareja... temas universales, porque hables con quien hables al final todo el mundo tiene una manera de verlo o lo ha pasado de una forma, es enriquecedor compartir estas visiones y de paso aprender algo, porque no todos esperamos ni damos lo mismo en la amistad, no para todos es igual ser amigos.
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