miércoles, 10 de marzo de 2010

Todo sigue igual

Todo sigue igual. Parece que el cielo se vuelve azul pero es sólo un espejismo, las nubes están ahí, a la vuelta de la esquina, esperando, deseando descargar la tormenta y empaparte con su lluvia violenta y rabiosa.Estoy ahí fuera, en la calle, debajo de esa nube negra. La veo, la estoy viendo, pero estoy paralizada, no puedo correr hacia un lugar seguro, no puedo buscar mi paraguas... mis pies están fijados al asfalto, no me puedo mover, no puedo, no soy dueña de mi misma, sólo estoy aquí abajo, sabiendo lo que va a pasar. Ya me ha pasado otras veces y no me gusta, no me gusta volver a caer, volver a mojarme, a empaparme... pero no sé que hacer. Quiero gritar, quiero correr... pero lo único que hago es estar aquí esperando a que alguien me traiga el paraguas, a que alguien venga a por mi, porque me he vuelto a quedar sin fuerzas, estoy sola.

Las lágrimas corren por mis mejillas como anticipo de la lluvia que va a empezar a caer. Pero nada sucede. He gritado, grito, lloro, me desespero, me voy a mojar... ¿y qué? a nadie le importa, mi calle está sola. La vida es esto: si hubiera sol, estaría acompañada por la gente, personas para pasear, para reír, para jugar... pero hoy hay lluvia, hay tormenta en mi horizonte y mi calle está desierta, sólo quedo yo.

Mojada, fría, triste y sobre todo sola pero esto es así. Cuando deja de caer la lluvia, sólo queda despegar los pies del suelo, ponerse en marcha y avanzar.



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