domingo, 18 de abril de 2010

Comunicarse

La comunicación diaria no es un problema de tiempo. Es un problema de hábito. Es cuestión de crear (o recuperar) el hábito. Y con él, descubrir que siempre hay tiempo para este pequeño intercambio.

Este texto está sacado de un artículo de El País que habla sobre las ventajas de comunciarse a diario ( http://www.elpais.com/articulo/portada/Ventajas/comunicarse/diario/elpepusoceps/20100418elpepspor_7/Tes ). Comunicarse es hoy casi un lujo, sobre todo el tú a tú, es casi algo anacrónico. No se le da importancia, ha pasado a otro plano (seguro que cada uno tiene sus excepciones). Nos quejamos de falta de tiempo pero tenemos tiempo para millones de cosas excepto para un pequeño gesto, una pequeña palabra cada día.

Os dejo un test para evaluar ese grado de comunicación. A ver cuántas os salen que SI (yo he de confesar que muy poquitas):

1. ¿Conoce el nombre de pila de sus vecinos?

2. ¿Sabe su quiosquero su nombre?

3. ¿Conoce algún detalle personal del camarero de su bar habitual?

4. ¿Sabe en qué trabajan los padres de los compañeros de escuela de sus hijos?

5. ¿Sabe qué lee su compañero/a de trabajo?

6. ¿Ha subido a la oficina con un café de más para alguien?

7. ¿Celebra los aniversarios con los compañeros?

8. ¿Cuántas veces para cruzando la oficina hasta su despacho?

9. ¿Reconoce a las personas que comparten el transporte público cada día con usted?

10. ¿Saben en la oficina sin lugar a dudas que ha llegado o se ha marchado?


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