jueves, 18 de febrero de 2010

Quiero un año sábatico

Me ha dado envidia Adrià, yo también quiero un año sábatico (me conformo con uno, no me hacen falta dos como a él).
¿Para qué lo quiero? pues para varias cosas:
La primera para mirar hacia atrás y ver todo con la pátina del tiempo: volver a disfrutar de lo conseguido, reflexionar sobre qué he aprendido en este tiempo, saborear los buenos momentos otra vez, ver las fotos de los viajes, llamar a amigos que se han ido quedando por el camino...

La segunda para descansar del ajetreo diario, volver a disfrutar de los pequeños placeres del día a día: del pan calentito de por la mañana, de ir al mercado a elegir la fruta y la verdura, de descubrir sitios en la ciudad natal, de cocinar platos nuevos, de leer libros ya leídos y volver a ver películas ya vistas, de pasear sin rumbo fijo, de oir llover... cosas que me encanta hacer, que hago de vez en cuando pero que no puedo disfrutar todos los días.

La tercera para mirar hacia adelante. No sólo a nivel profesional, que es necesario y no está muy extendido en España, sino a todos los niveles: replantearme mi vida, mis relaciones, mi trabajo, mis expectativas, mis deseos, mis anhelos... ¿quién soy? ¿estoy a gusto con lo que he hecho, con lo que estoy haciendo, con lo que voy a hacer?

Siento envidia cuando oigo que en EEUU y en muchos países anglosajones está extendido lo del año sabático antes de empezar la Universidad: un año dedicado a ti, a conocerte, a viajar, a conocer el mundo, a conocer a tus semejantes... antes de ponerte a estudiar la carrera o a trabajar, a decidir qué se supone que vas a hacer el resto de tu vida.

Parece que es normal dárselo antes de empezar pero ¿por qué no en mitad? ¿cuándo estás en la cima del éxito? ¿o cuando las cosas te van mal y tienes que cambiarlas?

Siempre hay un buen momento. Quizás con 18 años no hubiera aprovechado ese año sabático pero ahora, me vendría de perlas, un poquito de oxígeno, una parada para tomar aire y seguir, para mirar lo que hay detrás y lo que viene por delante... ¡quién pudiera ser Adrià! (Mientras tanto y como no puede ser, pues a seguir trabajando que ya es casi fin de semana)



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