lunes, 1 de febrero de 2010

Quien quiere, no lee



Hace poco leí en El País, un artículo sobre una encuesta acerca del ocio de los jóvenes franceses para la revista LivresHebdo. Según la encuesta entre los que menos leen están los que viven en pareja, es decir, el amor perjudica la lectura.

Según la encuesta la curva de lectura crece de forma natural según aprendemos, vamos a la escuela, nos socializamos, estudiamos... Los amigos favorecen la lectura, sobre todo en la adolescencia (o al menos antes, que ahora con la era facebook no se yo). Es importante el compartir libros, lo que este libro ha significado para alguien en similares circunstancias a las mías quizás también me sirva a mi, esos libros de juventud, ese mercado de prestamos entre amigos... La curva de lectores disminuye al terminar la Universidad, notándose un descenso aun mayor si se vive en pareja. El punto positivo es que se recupera un poco con los hijos (será que se leen mas cuentos, porque no tiene explicación que teniendo que cuidar a un bebe, se tenga mas tiempo para leer).

Es decir que el enemigo de la lectura es el amor. Parece ser que uno cuando se enamora no tiene tiempo para los libros. Necesita todo su tiempo para el amante, para salir, para entrar, para mirarse... dedicación plena. Y esto es peor aun cuando se vive en pareja. Para construir el hogar común, el nido, uno necesita robarle tiempo a otras cosas y entre las damnificadas, la lectura.

No le quito parte de razón a la encuesta. Es cierto que al principio uno necesita todo su tiempo para el amor (o cualquier otra cosa que comience: nuevo trabajo, amigos nuevos, nuevo destino...) y deja a un lado todo, no solo la lectura: mas aficiones, amigos, familia... pero eso solo es al principio, después no hay nada mas bonito que prestarse libros el uno al otro, leer juntos en el sofá o la típica escena de película americana de una pareja en la cama leyendo. Yo estoy enamorada y vivo en pareja y aunque leo menos que antes, no es "culpa" del otro ni del amor, es culpa de que tengo que preparar mi trabajo, tengo que limpiar y cocinar... obligaciones de persona, no de enamorado/a.

2 comentarios:

  1. Es verdad, a mí Beita no me deja leer porque dice que con el ruido que hago pasando las páginas no oye bien las nominaciones de Gran Hermano...

    Un besito.

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  2. Ja ja ja ja ja, o sea, que al final ella ve Gran Hermano y tú te quedas sin leer.

    ¡Qué injusticia de mundo!, ¿verdad, Santi?

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