A veces a uno le toca un día con un poquito de cuesta arriba. Un día en que a veces sientes que te tocan la moral, en los que piensas ¿qué narices he hecho yo para que ciertas cosas no me dejen en paz de una vez? ¿tendré que gritar más? ¿hablo chino? ¿no se me entiende? ¿me tengo que poner en plan energúmena? ¡fuera de mi vida! ... pero para esos días existe un antídoto eficaz y ayer tuve la suerte de probarlo una vez más.
Desde el teléfono, con una conversación a tres bandas, llena de risas, de planes, de anécdotas... me alegraste el día. ¡Qué pena que nos separen tantas kms!
Desde el teléfono, con una conversación a tres bandas, llena de risas, de planes, de anécdotas... me alegraste el día. ¡Qué pena que nos separen tantas kms!
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