Cuando nos ibamos para NY el año pasado, una amiga me dijo que no me podía ir de la Gran Manzana sin visitar esta tienda. Me avisó de que todo me iba a encantar, de que lloraría por no poder llevarme todo... y creedme, tenía toda la razón.
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La ropa es distinta, tiene un aire que hace cada prenda especial (aunque no justifica el precio: me enamoré de una falda negra, tulipán con lazo y costaba la friolera de 150 euros). Las cosas de casa eran muy bonitas, para dar un toque alegre y naif. Me trajé velas con aroma, cuencos de cristal, medidores para la cocina... al final fue de lo que más compré porque aunque era caro, era más permitible.
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http://www.anthropologie.eu/europe/page/home
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